Tipos de Hepatitis


La hepatitis es una enfermedad que provoca una inflamación del hígado. La hepatitis puede ser capaz de interrumpir sus funciones: un hígado inflamado o dañado no puede ejecutarlas bien. Cuando esta inflamación ha aparecido recientemente hablamos de hepatitis aguda y a los procesos que duran más de seis meses les llamamos hepatitis crónicas.

Las hepatitis virales son enfermedades transmisibles, y, por tanto, potencialmente se pueden prevenir. Esta enfermedad puede curarse antes de medio año o puede hacerse crónica y provocar daño hepático, que a la larga puede dar lugar a cirrosis o cáncer de hígado. Los cinco tipos de virus de la hepatitis:

1) Hepatitis A (VHA)

Es una de las dos que se transmite por el consumo de agua o alimentos contaminados . Este tipo de virus suele provocar una infección leve, con una recuperación completa al cabo de unas semanas. La mayoría de las personas infectadas pueden sufrir una amplia gama de síntomas (entre dos y siete semanas después de haberse infectado): fiebre, pérdida de apetito, calambres en el estómago, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos); orina oscura y fatiga.

En casi todos los casos la recuperación no requiere tratamiento y suele desaparecer al cabo de unas semanas o, en los casos más graves, varios meses, lo que tarde el cuerpo en expulsar la infección.

2) Hepatitis B (VHB)

Se transmite sobre todo cuando la sangre, el semen u otros líquidos corporales de una persona infectada, incluso en cantidades microscópicas, entra en el cuerpo de una persona no infectada. Se puede transmitir a través de prácticas sexuales sin protección, compartiendo equipos contaminados como agujas, jeringas e incluso equipos médicos. Este tipo de virus puede provocar cirrosis y cáncer de hígado, aunque si se detecta a tiempo, se puede tratar y evitar que la enfermedad progrese.

3) Hepatitis C (VHC)

Se transmite casi siempre por la exposición a sangre contaminada, que suele producirse por transfusiones de sangre o al compartir jeringuillas, o hacerse piercings o tatuajes con instrumentos contaminados. Aunque la transmisión sexual también es posible, esta posibilidad es más excepcional. A diferencia del resto de los virus, el de la hepatitis C no tiene vacuna.

El tratamiento puede variar. En algunos casos, no será necesario porque el sistema inmunitario elimina la infección de forma espontánea. En otros casos, pueden necesitarse antivíricos de acción directa. La mejor manera de prevenirla es reducir el riesgo de exposición al virus, como la higiene de las manos, un uso seguro de las inyecciones en la atención sanitaria y una correcta manipulación y eliminación de objetos afilados y el uso del preservativo

4) Hepatitis D (VHD)

Esta enfermedad afecta sólo a personas infectadas ya por la hepatitis B, ya que necesita el virus de tipo D necesita el B para sobrevivir. La simultaneidad de ambos virus hace que pueda aparecer una afección más grave. Se transmite sobre todo por vía sanguínea, a través de jeringuillas usadas por personas infectadas (tatuajes, consumo de drogas, etc.) o por compartir objetos de higiene personal

5) Hepatitis E (VHE)

Se transmite, igual que la hepatitis A, a través del consumo de agua o alimentos contaminados. A diferencia de la A, no cuenta con una vacuna. Su prevención pasa por extremar las medidas higiénicas y evitar el consumo de bebidas y alimentos contaminados. Tampoco causa enfermedad crónica.

 

Diagnóstico de la Hepatitis Vírica

En la analítica de sangre también se obtiene información sobre el estado del hígado. Las transaminasas son proteínas que se encuentran dentro de las células del hígado (hepatocitos). Existen 2 tipos diferentes de transaminasas, TGO y TGP. El nivel de transaminasas proporciona información sobre la inflamación hepática y la destrucción de células hepáticas.

Además de las transaminasas, en la analítica sanguínea existen otros parámetros que pueden ser útiles para evaluar la gravedad de la afectación hepática.

  • Bilirrubina total.La bilirrubina es producida por el hígado y eliminada a través de la bilis. Es frecuente que se eleve en las hepatitis agudas por los virus de la hepatitis A, B y E.
  • Albúmina.Es la principal proteína de la sangre con múltiples funciones. Se produce en el hígado y su descenso en sangre indica que el hígado no está funcionando de forma correcta.
  • Tiempo de protrombina.Es una prueba que se realiza en el laboratorio con una muestra de sangre que mide la capacidad de coagulación de la sangre. Las proteínas relacionadas con la coagulación sanguínea se producen en el hígado. En el caso de una hepatitis aguda su alteración indica que la hepatitis es grave y que existe un fallo hepático. 
  • Biometriase observan las distintas células de la sangre: las hematíes (glóbulos rojos), los leucocitos (glóbulos blancos) y las plaquetas. También es útil para ver alteraciones asociadas a la enfermedad hepática, sobre todo en la enfermedad hepática avanzada como la cirrosis, en la cual es habitual ver bajo nivel de hematíes (anemia), de leucocitos o de plaquetas.

 Un perfil de hepatitis incluye pruebas de antígenos y anticuerpos de hepatitis:

  • Antígenos de hepatitisson sustancias en el virus de la hepatitis que provocan que el sistema inmunitario luche contra el virus
  • Anticuerpos de hepatitisson proteínas que produce el sistema inmunitario para ayudar a combatir la infección de hepatitis

Los antígenos y anticuerpos de hepatitis pueden encontrarse en su sangre incluso si usted no tiene síntomas de una infección.


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